Acapulco se convirtió hace muchísimos años en el destino vacacional por excelencia, y sus paisajes son la postal que imaginamos cuando se menciona playa.

Por Lorenza Dávila

A poco menos de 350 kilómetros de la Ciudad de México, este puerto se posicionó en la mente del viajero gracias a sus exclusivas zonas residenciales y la rimbombante arquitectura que, hasta la fecha, guarda los secretos más insólitos de la época de oro de esta gran ciudad. Pero más allá de su belleza —tanto natural como en infraestructura—, es una gran playa vacacional por la diversidad de actividades acuáticas y terrestres, que han convertido al bello puerto de Acapulco en un lugar ideal para cualquier miembro de la familia.

Comida y sol

Una recomendación para disfrutar una de las mejores puestas de sol del Pacífico es el restaurante Zibu, que ofrece una fusión de gastronomía mexicana y tailandesa (que ellos llaman Mex-tai). Puedes degustar su menú con una copa de vino mientras observas la preciosa bahía de Puerto Marqués.

Entre piedras y mar turquesa

Con la excusa de la pandemia y en el afán de recomendarte experiencias lejos de la multitud, este 2021 podría ser una gran oportunidad para alejarte de lo tradicional y conocer alguna de las playas casi vírgenes que Acapulco esconde.

Si lo que estás buscando es una experiencia de senderismo amateur, como dirían los locales, Playa Mimosa es una gran opción a pocos minutos de Pie de la Cuesta. Sólo tendrás que hacer un breve recorrido entre vegetación hasta una playa muy poco común, con rocas en lugar de arena y agua cálida y cristalina. Sabrás que has llegado cuando veas una imagen que remite a una pequeña isla perdida y que se parece más a una playa del Caribe que del Pacífico.

Un jardín botánico tropical

Si estás buscando un rato de relajación y contemplación, el Jardín Botánico de Acapulco es el lugar perfecto para desconectarte. A lo largo de los años, este lugar se ha convertido en una oda a la flora tropical, con una representación casi mundial de plantas, flores y árboles. Si tienes tiempo, vale la pena hacer una extensa visita y perderte entre sus senderos para comprender la facilidad con la que se desenvuelven las plantas con el clima y la humedad de esta zona del país.