“Renovarse o morir” es un dicho que no solo aplica a todo lo que está vivo, también explica por qué hay marcas que viven muchos años y se conectan con varias generaciones, como Bacardí, cuya línea saborizada ha convertido al ron en una bebida divertida, colorida y arriesgada, tres cualidades que aman los mexicanos.
A lo largo de su historia, Ron Bacardí ha recibido más de 670 premios por calidad, sabor e innovación. Desde su origen caribeño, vino a revolucionar el espíritu de la industria cuando su fundador, don Facundo Bacardí Massó, creó un ron de cuerpo ligero con un sabor particularmente terso. Desde entonces, sirvió de inspiración para que los pioneros del coctel crearan algunas de las recetas más famosas del mundo, como el mojito, el daiquirí, la cuba libre y la piña colada.
Un siglo y medio después, esta vocación innovadora se hace patente a través de la línea saborizada de Bacardí. Para crear esta gama, que se ha convertido en una de las favoritas de los consumidores mexicanos, los maestros tomaron como base el ron Bacardí blanco —suave, ligero y con notas cítricas— y lo infusionaron con sabores extraídos de frutas naturales. Así, crearon una combinación única e intensa, ideal para preparar cocteles frescos y divertidos.
Frutalmente mexicana
La selección de estas frutas no fue simplemente una ocurrencia. Tras la increíble recepción que tuvo Bacardí Raspberry, lanzada hace ya varios años, la empresa exploró a profundidad la relación cultural que cada mercado tenía con ciertos sabores frutales.
En el caso de México, los que hoy completan la triada de saborizados de Bacardí son mango y limón. Bacardí Limón Verde partió de una versión previa de Bacardí Limón, pero pasó por una renovación que dio lugar a una mezcla fresca y cítrica que los mexicanos identifican como parte de su vocabulario sensorial. La novedad fue Bacardí Mango Chile: lanzamiento 100% mexicano, desarrollado y creado por manos nacionales, combina el sabor tropical del mango y el picante del chile.
El motivo para crear estos sabores no es la nostalgia por los dulces que comíamos de niños, sino por la presencia real de estos dos sabores en el día a día de su consumidor, que en este caso se trata de un mexicano joven, feliz y lleno de energía, al que le encanta experimentar y descubrir nuevas sensaciones, disfrutar de la vida y salir a celebrar con sus amigos. Por eso esta gama es divertida y versátil, y aunque se enfoca en tres tipos básicos de personalidad (una opción fresca, otra dulce y otra picosita), está diseñada para combinarse fácilmente con otros ingredientes.