El perfil sensorial de Ballantine’s 7 Años es complejo y equilibrado. En nariz se perciben notas de miel, manzana roja y coco, mientras que en el paladar se revelan capas de caramelo, vainilla y toques especiados de pimienta negra. Este whisky destaca por su suavidad y elegancia, con un final que combina dulzura y un ligero toque de roble: ese que las barricas del Nuevo Mundo aportan para crear un singular destilado.
Ideal para disfrutar solo, con hielo o en cocteles, esta propuesta es una invitación a descubrir el balance entre el Viejo y el Nuevo Mundo.