Nacida en el corazón del Penedès, en Vilafranca, la historia de Brandy Mascaró se remonta a 1917, cuando Don Narciso Mascaró inauguró su propia destilería. Sería más de 30 años después que comenzaría a embotellar su legado bajo el nombre Mascaró. Con el paso de las décadas, ese apellido se convirtió en una marca esencial en la historia del brandy en España y Europa. Desde entonces, la familia Mascaró ha perfeccionado el arte del brandy siguiendo métodos tradicionales inspirados en la clásica elaboración del cognac francés.
La clave del sabor de Brandy Mascaró está en su proceso de doble destilación en alambiques de cobre, donde cada gota se forja con paciencia y precisión. Lo que realmente distingue a Mascaró es su envejecimiento estático: cada aguardiente madura en la misma barrica de roble francés desde el primer día, sin mezclas ni trasiegos, permitiendo que los sabores evolucionen sin diluir su carácter.