En Milán, una ciudad vibrante llena de historia, arte y cultura, nació Campari. Desde sus calles adoquinadas hasta sus numerosos palacios, Milán ha sido siempre un lugar de encuentro para el estilo y la sofisticación. Fue en este entorno que Gaspare Campari creó en 1860 una bebida que se convertiría en símbolo de la ciudad y un ícono en todo el planeta: Campari.
Desde su nacimiento, la marca ha sido una auténtica joya en el mundo de los licores, protagonizando cocteles legendarios como el Negroni y el Americano, los cuales han deleitado los paladares más exigentes durante más de un siglo. Siendo sinónimo de intriga y placer, desplegando una experiencia de bebida cautivadora, Campari ha consolidado su reputación como emblema del estilo italiano y la excelencia.
Su grandeza no acaba ahí, ya que hoy, la marca escribe un nuevo capítulo al anunciar el cambio de imagen de su codiciada botella. Con el paso de los años, Milán y Campari han evolucionado juntos, reflejando siempre lo mejor de la tradición y la innovación. El nuevo diseño de la botella de Campari es una oda a la ciudad que lo vio nacer. Inspirado en la estética milanesa, el rediseño presenta una botella con líneas nítidas y un diseño atemporal. La precisión de las líneas refleja la moda elegante y minimalista y el diseño contemporáneo por el que se conoce a Milán. Cada detalle de la nueva botella representa la verdadera artesanía y sofisticación milanesas.
A pesar del nuevo diseño, la receta original de Campari sigue intacta, preservando la mezcla única de hierbas amargas, plantas y frutas aromáticas, de sabor inspirador y distintivo, así como su tono rojo vibrante.