La celebración con burbujas se remonta al siglo V, cuando Clodoveo I fue bautizado y coronado en la catedral de Reims. La tradición se arraigó cuando Juana I, condesa de Champaña, se casó con Felipe IV. A partir de entonces, todos los reyes galos fueron coronados en Reims y la champaña se volvió la bebida oficial primero de la realeza, y luego de las celebraciones en general. Aquí te contamos de dónde viene la magia de las burbujas y cómo se ha diversificado.
Vinos espumosos
También llamados espumantes, deben sus burbujas a la liberación de dióxido de carbono (CO2), que se obtiene mediante una segunda fermentación. Existen dos maneras de lograr este proceso: con el método champenoise y con el charmat. Ambos son distintos a los que se utilizan para los vinos gasificados, a los cuales se les añade CO2 de forma artificial, tal como sucede con los refrescos.
Método tradicional
Con este método se genera dióxido de carbono al inducir una segunda fermentación del vino dentro de la botella. También se le conoce como método champenoise y se originó en la región de Champaña-Ardenas, en Francia. Se consigue añadiendo un poco de levadura y azúcar al vino ya embotellado. La botella se tapa con un corcho mientras las levaduras se comen el azúcar, liberan dióxido de carbono y mueren. La botella se coloca casi bocabajo para que los sedimentos se precipiten al cuello de ésta y, luego de congelarlo, removerlos. Tras el degüelle, se agrega un poco de licor de expedición para compensar los líquidos perdidos. Finalmente, la botella se vuelve a tapar con el característico corcho en forma de hongo. Entre los vinos que utilizan este proceso destacan el crémant francés, la cava española y el franciacorta italiano.
Método charmat
En lugar de realizar la segunda fermentación en la botella, se lleva a cabo en grandes recipientes de acero inoxidable (conocidos como cubas). Esto permite producir mayores cantidades de vino espumoso. Entre los vinos que usan este proceso, se encuentran el famoso prosecco italiano o el sekt alemán.
Otras variedades de bebidas burbujeantes.
- Frizzantes o de aguja: De origen italiano, contienen restos de gas carbónico procedentes de una fermentación parcial realizada a bajas temperaturas.
- Sidras: Son el resultado de fermentar manzanas en lugar de uvas. Dependiendo de la región, su proceso de elaboración puede utilizar lo mismo el método champenoise que el charmat.
- Cervezas: Se consideran bebidas gaseosas porque contienen CO2 disuelto, producto de fermentar cereales con agua con levadura.
Ahora que ya conoces el origen de las burbujas en las bebidas para celebrar, puedes elegir tu preferida en Bodegas Alianza.