Los mejores ingredientes
Paseo Olas Altas 139, Centro, Ensenada
Fundado por los chefs Benito Molina y Solange Muris hace poco más de 20 años, se han destacado no sólo por ser los más fieles embajadores de los ingredientes de la zona, sino también por ser el punto de encuentro del gremio gastronómico de Ensenada y del Valle de Guadalupe. Lo ideal es pedir el menú de degustación para probar la mejor cocina de mar, conocer a grandes exponentes del vino mexicano y de la cerveza artesanal y disfrutar la cocina de un restaurante que es ya una leyenda viviente.
Av. López Mateos, 917, Centro Ensenada
Sabina Bandera es quizá el personaje más famoso de Ensenada. Es común verla de aquí para allá, caminando deprisa, repartiendo sonrisas por doquier y tomándose fotos con quien se lo pida. Su fama se debe a dos cosas: sus tostadas de mariscos, que la han hecho ganar concursos de comida callejera en Estados Unidos y Asia y el pretexto preferido de distintos chefs del mundo que acostumbran visitarla cuando están en la ciudad. Entre ellos, Anthony Bourdain, quien la llevó a la fama mundial al invitarla a su programa de televisión No Reservations. Visitarla y comer su famosa tostada de almeja y erizo nos hace entender su fama de inmediato.
Dormir a la orilla del mar
Carretera Tijuana-Ensenada km 103, Ensenada
Estar a la orilla del mar le da una gran ventaja para disfrutar las alucinantes vistas de sus playas de agua fría, donde los surfers se divierten y en las que distintas embarcaciones atracan en su muelle. Su ubicación estratégica a medio camino entre la ciudad y el Valle de Guadalupe lo hace una de las mejores opciones para dormir en este destino. Además, es el hogar del Festival de las Conchas y el Vino Nuevo, un evento anual que conjuga a pescadores, distintos productores, enólogos y cocineros.
Carretera Tijuana-Ensenada km 108, Zona Playitas
Su reciente apertura lo convierte en el hotel más moderno y lujoso de la zona. Sus habitaciones con vista al mar maravillan con la clásica bruma que envuelve a Ensenada cada mañana y, si se tiene suerte, un buen ojo o unos binoculares, se puede ver el espectáculo que ofrece la vida marina.