Maridaje: Lorea y Chateau Domecq

La elegancia y equilibrio de Chateau Domecq se hace presente en la cocina de Lorea. El resultado de este maridaje: una armonía de origen. 

Chateau Domecq es la línea más emblemática de Bodegas Domecq, cuya experiencia haciendo vino mexicano es indudable. Maridar estos vinos con los platillos de Lorea es casi algo natural; si bien ambos comparten una raíz común en la memoria —los sabores distintivos de la cocina mexicana—, también integran influencias de otros mundos que enriquecen la experiencia sensorial y buscan la máxima expresión de cada producto.

La propuesta de bebidas, mixología y maridajes de Lorea —“el mundo líquido”, como lo define el chef Oswaldo—, es tan importante como el sólido. “La armonía de los vinos se trabaja desde una perspectiva de acompañamiento a la experiencia. Algunas veces el vino debe ser más intenso que la comida, algunas veces funciona a la inversa. Todo depende de lo que en conjunto se busque. Con la coctelería pasa lo mismo. Las creaciones también son estacionales y se adaptan a la intención que buscamos con el menú del día”, explica Oliva. Y esta visión, junto con su experiencia en México y el mundo, lo han llevado a convertirse en el actual embajador de Chateau Domecq. Su objetivo: transmitir el mensaje de calidad de Alberto Verdeja Domecq en un maridaje que sorprenda y emocione.

CREMA DE QUESO MADURO Y TUPINAMBO

Para este platillo, Lorea sugiere Vino Blanco Chateau Domecq, una combinación de Chardonnay y Viogner que ofrece elegantes notas de flores blancas y frutas tropicales, envueltas por los toques lácticos, el tostado y la vainilla que aporta el paso por barrica de roble francés. En este maridaje, la textura aterciopelada del vino es la clave, pues no compite con la ligereza del conjunto y armoniza con el sabor del queso Comtê, reforzado con más nuez tostada y un toque de curry a la crema. Se sirve con un puré cremoso de tupinambo y chips crujientes, también de tupinambo, y se termina con una reducción de maracuyá.

TACO DE CAMARÓN EN ADOBO

Este Vino Rosado Cheateau Domecq es un blend de Grenache y Syrah con toques de pimienta rosa y notas cítricas y florales. El maridaje con este taco de camarón es muy acertado: además de refrescar el paladar, resalta los sutiles toques ahumados del adobo —mezcla de chile seco jalapeño de producción limitada, chile chilhuacle y pasilla, ambos de Oaxaca—. La acidez del vino rosado acompaña la textura crujiente de los nopales, aderezados con cebolla, limón, aceite de oliva y cilantro criollo.

FLAT IRON DE RES CON ENSALADA, VERDOLAGAS Y MOLE NEGRO

El paso por barrica y las notas de frutos rojos, tabaco y pimienta negra de este ensamble tinto de Chateau Domecq —Cabernet Sauvignon, Merlot y Nebbiolo— acompañan perfectamente al corte de carne de res braseado al carbón gracias a su complejidad y estructura. La ensalada de coliflor cheddar rostizada y espárragos asados lleva un aderezo de mantequilla de pistache y se complementa con verdolagas frescas.

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