La elaboración sotolera en Nocheluna es un testimonio de tradición y precisión. Primero que nada, el proceso de maduración de la planta de sotol tarda entre 12 y 15 años. Para la destilación solo se utiliza el corazón de la planta. Posteriormente, las cabezas de sotol se cuecen en hornos cónicos bajo tierra durante cinco días. Finalmente, son molidas para pasar al proceso de fermentación en tinas de madera durante cinco a ocho días antes de la doble destilación.
El perfil de sabor de Nocheluna rinde honor a su terruño. En nariz, ofrece notas minerales y terrosas, mientras que en boca se presentan sabores dulces provenientes de las cabezas de sotol cocidas. Con el tiempo, el sotol evoluciona hacia notas frescas de menta, concluyendo con un final especiado que recuerda al cacao, canela y chiles secos. Un festín de aromas y sabores.
Nocheluna busca atraer a un público aventurero y explorador, a aquellos que aprecian los destilados mexicanos y están dispuestos a probar algo nuevo. Este destilado no solo está dirigido a aficionados a los licores, sino también a los innovadores y a trendsetters, a las almas salvajes que no se conforman con poco.
Para disfrutar de Nocheluna en su máxima expresión, te recomendamos acompañarlo con manzana verde o amarilla y una pizca de sal de chiltepín. Este sotol versátil también brilla en cocteles, ya sea en combinaciones clásicas como el negroni y el Martini, o en mezclas modernas con frutas como la piña o la toronja. Su perfil herbal lo hace destacar en cualquier coctel.
Nocheluna marida de maravilla con platillos a base de mariscos frescos como el aguachile o el ceviche, así como con la gastronomía del norte de México, incluyendo el chile pasado, el queso menonita o un buen corte de carne. Con Sotol Nocheluna, cada sorbo celebra la tradición y la innovación, dejando a su paso una experiencia auténtica que no conoce fronteras.