De este lado del mundo, casi todas las referencias al Oporto que tenemos provienen del cine de época. La escena más común: dos hombres, usualmente ingleses, hablan de negocios en elegantes salones mientras sostienen en la mano un untuoso digestivo color púrpura. Esta imagen evoca con bastante fidelidad los orígenes modernos de este vino fortificado.
Si bien el Oporto es uno de los vinos más identitarios de Portugal —la relación entre los nombres del país y la bebida es obvia y está ligada a la ciudad de Porto u Oporto—, los ingleses han tenido mucho que ver en su versión moderna. Los británicos y sus colonias eran los principales consumidores y comercializadores de esta bebida, por lo que su paladar y sus intereses están entretejidos en los estilos del Oporto e influyeron, sobre todo durante el siglo xviii, en la demarcación de la región y la regulación de sus procesos. Para los marchantes de vino, garantizar la calidad era la clave del negocio.
Las regulaciones originales han sufrido numerosos ajustes para adaptarse a las condiciones del clima, la situación de los productores y las demandas del mercado. En todos estos ajustes, los catadores portugueses de Vila Nova de Gaia, una ladera frente a los embarcaderos de la ciudad de Porto donde se encuentran las históricas bodegas de vino, han sido los responsables de modelar y mantener los estilos y las tradiciones por encima de cualquier criterio comercial.
La bodega Valdouro, cuyas etiquetas puedes encontrar en Bodegas Alianza, nació precisamente en ese contexto, de ahí que sus productos sean no solo la representación de toda una tradición vinícola, sino también de varios momentos históricos.