La Plaza Garibaldi es quizá uno de los puntos más socorridos si de tradiciones se trata en la Ciudad de México. Su historia está ligada a la música, pero también al cine y a las grandes personalidades de nuestro país. Y el Salón Tenampa es, sin duda, su gran protagonista.
El Salón Tenampa ha visto pasar la vida de la Ciudad de México durante 96 años. Nueve décadas en las que la ciudad aumentó muchas veces su tamaño y su población. El mítico salón también creció con ella, y no solo en dimensiones, también en fama y arraigo tradicional.
Fue en 1940 cuando la antigua Plazuela del Baratillo cambió su nombre a Plaza Garibaldi. El Tenampa ya había dejado de ser una tiendita de abarrotes para convertirse en el único salón y cantina de la capital donde se presentaba la auténtica música de mariachi, gracias a la iniciativa del dueño del lugar, don Juan Hernández, oriundo de Cocula, Jalisco.
El mariachi atrajo la atención de figuras del arte, el cine y la cultura nacionales, en plena efervescencia de la llamada Época de Oro del cine mexicano. Al magnetismo cinematográfico de la cantina se unió una vocación teatral, pues en aquellos años, el hijo menor de don Juan Hernández se había convertido en productor de teatro, por lo que durante algunas noches el lugar se volvía un escenario para los nuevos talentos artísticos.
Para entonces ya se había levantado la prohibición que impedía el acceso de las mujeres a las cantinas, así que por el Salón Tenampa desfilaron la misma Frida Kahlo, Amalia Mendoza “La Tariacuri”, grandes músicos como Cornelio Reyna, José Alfredo Jiménez, Jorge Negrete y más tarde Chavela Vargas y actores como Cantinflas, todos ellos retratados en los murales del salón. Creció tanto la fama del Tenampa que se convirtió en set de numerosas películas en donde la presencia del tequila y el mariachi se proyectaron como emblemas de la mexicanidad.
La lista de celebridades que han visitado el Salón Tenampa a lo largo de 96 años de existencia es interminable. Hay nombres de todas las décadas y profesiones: actores y actrices, cineastas, escritores, diseñadores, presidentes, políticos… Porque la peregrinación al templo del mariachi en la Ciudad de México es una visita obligada.
“El Tenampa es un lugar mágico donde nuestros clientes viven la sensación de tener a México en la piel —dice en entrevista la bisnieta de don Juan Hernández—, extranjeros y mexicanos disfrutan los platillos, el tequila o el mezcal; la euforia, hasta me atrevo a decir el éxtasis de sentir nuestras raíces los lleva a cantar a coro y se nos enchina la piel al oírlos. El ambiente es ideal para que más de uno, mexicano o extranjero, se pare y grite a todo pulmón ¡viva México!”.