En su restaurante La Mallorquina, Carlos Arrieta sirve un menú con una fuerza que atraviesa desde la entrada hasta el postre. Sus platillos, que combinan con perfección la más clásica cocina española con ingredientes y recetas mexicanas, hacen que cada visita nos depare una sorpresa diferente. Ahora, el chef nos sugiere el maridaje perfecto entre los platillos de La Mallorquina y los excelentes vinos de Bodegas Alianza.
Menú maridaje
- Primer tiempo: tabla de embutidos ibéricos y quesos con Inspiración Coco Nebbiolo
En la tabla hay quesos Mahón-Menorca, Cabrales, queso de Murcia y Flor de Esgueva Añejo; la nota cárnica la dan el ibérico de cebo, el lomo de bellota, salchichones y chorizos. A este primer tiempo le viene perfecta una copa de Inspiración Coco Nebbiolo; su cuerpo, aunque bien estructurado, permite disfrutar de todos los sabores lácteos y salados sin que se destaquen sobre ellos; en boca, los sabores armonizan.
- Segundo tiempo: ensalada de atún sobre tomate rostizado con Inspiración Coco Nebbiolo, Merlot y Syrah
En La Mallorquina hay que prepararse para comer y beber mucho y bien, esta ensalada fresca y crujiente nos regala un descanso de la potencia de la entrada. El ensamble de uvas de Inspiración Coco es ligero y ayuda a eliminar del paladar los sabores grasos del tiempo anterior, limpia la astringencia y potencia el sabor del atún que nos prepara para lo que sigue.
- Tercer tiempo: fabada asturiana con Tierra de Ángeles
El plato fuerte no podía ser otro que uno típico asturiano, la fabada. Esta sopa tiene muchísima entidad por sí misma gracias a los ingredientes de los que está hecha: alubias blancas, chorizos, morcilla, tocino y otras partes del cerdo que, en La Mallorquina, se prepara exquisitamente. El acompañante lógico de este plato es un vino bien hecho y potente, con toques de madera para que resalte cada sabor; ese vino es, sin dudar, Tierra de Ángeles.
- Y… seguimos comiendo: arroz con rabo de toro y 8 Reales
Este tiempo es una extensión muy placentera del tercero, es también la joya de la corona y el momento culminante de una experiencia espectacular. A la mesa llega un arroz cremoso mezclado con una carne de toro extrasuave; el primer bocado deja sin palabras y es imposible dejar de comerlo. El vino que aporta un extra de sabor y resalta al plato es 8 Reales; este caldo evoluciona en cada trago y hace que esta comida cierre de manera fuerte y deliciosa.