Los sabores de la cocina tradicional del norte de México se enlazan con nuevas propuestas para emocionar al paladar más sofisticado. Si a eso le añadimos el maridaje correcto, tendremos la experiencia culinaria completa.
Para Tomás Bleier, el éxito de La Única se basa en una ecuación bien balanceada entre lugares excepcionales con una gastronomía de primer nivel, un servicio de excelencia y una oferta diferenciada de bebidas. Todo ello da como resultado un restaurante para pasar largo rato disfrutando de platillos de mar y tierra que se sienten francos —como su chef— y de las bebidas que siempre son la nota que completa la sinfonía.
“Siempre tratamos de que la experiencia del maridaje cierre el círculo. No se trata de empujar un producto sino de ofrecer lo mejor en el plan del día”, aclara el chef Gerardo Gallegos Bautista. Y para muestra, los maridajes que propusieron para la visita de Cava Morada.
Como aperitivo, el coctel de la casa: San Mike, un trago a base de limón, un toque de naranja, extracto de naranja, alma de mezcal Unión y escarchado de chile piquín. Gracias a sus notas ácidas y ahumadas, resulta perfecto para acompañar una entrada costeña o unos tacos.
- Filete Chemita. Es uno de los clásicos del menú. Se trata de un corazón de filete en salsa Chemita, con cebollas crujientes y puré de papa con parmesano. Para maridar, 8 Reales, un ensamble de Cabernet, Shiraz y Merlot que armoniza perfectamente con el tipo de cocción del filete; sus taninos limpian el paladar y sostienen la textura del platillo hasta el final.
- Chuletón de cerdo. Este plato de reciente introducción al menú va acompañado de puré de papa, reducción de pasilla, salsa de mostaza y sus propios jugos. Para maridar, el potente y sofisticado Díaz Bayo, un Ribera del Duero con notas de sotobosque y pimienta negra que acompa.an muy bien a la salsa y a los jugos de la carne.
- Tarta de queso. Elaborado con una mezcla de mascarpone, queso azul y menonita, va acompañado de helado de vino tinto con cereza y piñones garapiñados. La propuesta de maridaje fue un vino rosado, Inspiración Coco, 100% Grenache. Este vino seco y fresco, con aromas a melocotón, flores blancas, toronja y fruta de la pasión, envuelve y destaca la nota láctica de la tarta.