Como la “joya de la corona” de la Familia Cuervo, Tequila Añejo Cristalino es el resultado de una filosofía que abraza el legado de la casa tequilera más antigua del mundo, a la vez que busca la innovación para ofrecer una expresión sutil, elegante y memorable. La selección de agave para este tequila es un proceso meticuloso llevado a cabo por maestros jimadores, quienes eligen a mano el agave azul orgánico madurado a la perfección.
Ubicado en el potrero Buenos Aires, en las faldas del volcán de Tequila, en Jalisco, este agave se somete a un corte “jícama” durante la jima, una técnica que profundiza más de lo habitual para concentrar los aromas más frescos y frutales, eliminando sabores amargos y aromas herbáceos.
El proceso de maduración de este tequila añejo cristalino es igualmente distinguido, reposando primero en barricas nuevas de roble blanco americano tostado y luego finalizando su maduración en barricas de jerez Pedro Ximénez. Este método no solo realza las cualidades de mieles y frutas tropicales compotadas, sino que también añade una complejidad y profundidad de frutas pasificadas y frutos secos al perfil de sabor.
Contrario a la tradición, la ausencia de color en este añejo destaca la búsqueda de José Cuervo por ofrecer un tequila que, lejos de confundirse con un blanco, se reconoce por su sutileza y suavidad. La filtración, aunque no detallada específicamente, juega un papel crucial en mantener la claridad mientras se preservan los ricos aromas y sabores.
Esta elección ha convertido al cristalino en una categoría apreciada tanto por connaisseurs que buscan experiencias nuevas como por consumidores habituales que desean explorar otras dimensiones del tequila.
Desde las faldas del Volcán de Tequila hasta la copa en tu mano, el viaje del Añejo Cristalino Orgánico es una historia de dedicación y excelencia.
