La historia de El Tequileño es la crónica de una pasión. Se remonta a 1959, cuando don Jorge Salles Cuervo fundó la destilería con una visión clara: crear únicamente el mejor tequila. Esa visión ha perdurado a través de los años y se mantiene intacta hoy en día en manos de su nieto, Tony Salles. El Tequileño es una institución en Jalisco, la región productora de tequila por excelencia. Juntos, Casa Salles y El Tequileño contribuyen a mantener viva una herencia familiar de calidad.
El secreto de El Tequileño Gran Reserva Reposado reside en su proceso. Comienza con los agaves premium, cuidadosamente madurados en las tierras altas de Jalisco. Estos, en su esencia pura, se combinan con el agua del volcán de Tequila y se destilan en alambiques de cobre. Pero la magia no termina ahí: tiene una crianza mínima de 8 meses en roble americano y se mezcla con una pequeña cantidad de añejos reserva.
Cuando se conjuntan la tradición y el amor por la tierra, salen sabores y experiencias sensoriales únicas. El Tequileño Gran Reserva Reposado es prueba de ello.
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